Ya está finalizando la temporada y debemos plantearnos obtener leña de calidad para el próximo invierno. Lo más importante es tener una planificación adecuada donde se tomen en cuenta los principales elementos que entran en escena para llevar a cabo este largo proceso. Estos son: Tipo de leña, recolección o compra, tiempo de secado y almacenamiento.

Cabe destacar que este es un proceso largo y debe prepararse con anticipación. Para ello, debemos tener en consideración varios factores.

Si nuestro plan es talar árboles, debemos conocer qué clase de leña vamos a recolectar ya que el tiempo de secado varía dependiendo del tipo de árbol.

Los árboles caducifolios son aquellos que pierden sus hojas durante la llegada del otoño e invierno y presentan un período de secado más acelerado ya que durante esta temporada la savia se traslada hacia las raíces, provocando una importante bajada en su humedad. La leña recién cortada tiene al menos un 60% de humedad lo que la hace inviable para su uso en calefacciones, estufas o chimeneas. Es necesario que la madera tenga menos del 20% de humedad para que tenga un buen rendimiento. Es difícil encontrar leña en este punto de secado directamente a la venta. Es por ello que les recomendamos tenerla secando en su casa con una previsión de 1 a 2 años. De esta manera, proporcionará más calor, le será más fácil regular el fuego y mantendrá en mejor estado la estufa y el conducto de humos.

Una vez la tala se haya llevado a cabo debe tener en cuenta que la madera obtenida para el proceso de secado no debe estar en contacto con el piso ya que éste suele tener humedad y se la transfiere a la leña. Una vez transcurrido el primer secado al aire libre es necesario que se guarde en un lugar cubierto, resguardado de la lluvia.

Hacer un buen leñero nos permite asegurarnos el combustible con la mejor relación calidad / precio.

¿Qué debo tener en cuenta al apilar la leña?

Apilar correctamente la leña contribuye directamente al buen rendimiento de la chimenea. Los cinco factores se deben tener en cuenta para hacer una buena pila son:

El sitio. Generalmente La madera se quedará mucho tiempo almacenada. Para que la elección sea relevante hay que pensar en el sitio y su comodidad a la hora de transportar la leña hacia la chimenea.

La luz. Se recomienda guardar la leña en un sitio cubierto pero ventilado, la ventilación acelera el proceso de secado de la madera. Dicho esto, cabe destacar que la leña debe quedar protegida de las lluvias.

La superficie del suelo. Lo ideal es evitar todo contacto de la leña con la tierra. La posible humedad generada por el suelo no debe alcanzar a la madera. Por la tanto, es recomendable colocar un revestimiento plástico por debajo de la pila. También existe una segunda opción más eficiente. Ella consiste en levantar la pila del suelo de tal forma que deje pasar el aire. Para ello, use como base un par de soportes tipo palet o rejilla.

El aire. Si la madera está colocada cerca de una pared, se recomienda dejar un espacio de algunas pulgadas entre la leña y la misma de tal forma que pueda circular libremente el aire.

La estructura. Idealmente los trozos de madera se apilan horizontalmente en filas. Según expertos, la pila no debe superar el 1.20 metro de altura. Por nuestra seguridad y también para la estabilidad de la pila, es importante respetar ese nivel máximo de altura.

Cuanto más sol y más circulación de aire reciba el leñero, más rápido y mejor se secará la leña. Lo ideal sería un lugar de mínimo 5 m² alrededor de la casa, preferentemente soleado y ventilado a los cuatro vientos. Compre o corte leña de 40 a 45 cm de largo y entre 6 y 12 cm de diámetro, esta es la medido recomendada. Apile la leña sobre troncos o palés dejando que la humedad pueda salir por encima y por los laterales cubriéndola con un plástico pero sin taparla. Un tejado que se extienda más allá de la pila es el mejor método para protegerla. Se recomienda hacer torres con troncos cruzados sobre todo en las esquinas, dejando pasar el aire y asegurando la estabilidad del montón. Les recomendamos hacer pilas de dos hileras de profundidad como máximo.

El tiempo de secado dependerá del tipo de leña. Las maderas más ligeras, como el pino, necesitarán menos tiempo de secado (entre 6 y 12 meses) y las maderas más densas, como la encina y el roble, necesitarán entre 18 y 24 meses de secado.

Un hidrómetro o higrómetro le permitirá comprobar el estado de la leña. Estos aparatos son específicos para medir el grado de humedad de la leña. Son fáciles de conseguir por internet, en ferreterías y tiendas de bricolaje, a precios económicos. Pero si no cuenta con uno a mano, existen métodos mucho menos exactos pero que pueden ayudarle mientras adquiere su instrumento:

Si al chocar dos trozos de leña emiten un ruido más resonante que sordo, es probable que la leña esté seca.

Si hay grietas en forma de circunferencia en los extremos de la leña es una señal de sequedad.

Desde Su DESHOLLINADOR les recomendamos, si es posible, dividir el leñero en dos partes rotativas de año en año. Es decir, una mitad dedicada al consumo del año y la otra mitad en previsión y secado para  al año siguiente.

Asegurarse un buen combustible es clave por la eficiencia de la estufa. Cuanto más seca está la leña, más fuerte quema y más temperatura coge el fuego. Un fuego más caliente le ahorrará leña, y al final, tiempo y dinero.

Para conseguir un secado óptimo de la leña, debe almacenarla en un lugar seco, ventilado y protegido de la lluvia, al menos durante 1-2 años según el clima de la zona.

Ventajas de utilizar leña seca de buena calidad

• Mayor poder calorífico.
• Mayor control en la regulación del fuego.
• Ayuda a mantener el cristal más limpio.
• Ayuda a mantener en mejor estado su estufa y el conducto de humos.
• Fuego cálido y radiante.

Desventajas de utilizar leña húmeda

• Menor poder calorífico.
• Ensucia el cristal.
• La evaporación del agua contenida puede llegar a oxidar las partes metálicas de la estufa.
• Aumento de la suciedad en la cámara de combustión y el conducto de humos.
• Fuego opaco.
• Mayor acumulación de humo.

Desde Su DESHOLLINADOR le recomendamos que, para encender su chimenea, utilice piezas de leña abierta ya que arde mejor que los troncos de leña. Es mejor que las piezas de leña estén abiertas y tengan una sección, tamaño, y forma, lo más parecido y uniforme posible entre sí. Puede utilizar también troncos de madera comprimida como las briquetas.

Por otra parte, las sobrecargas de leña en estufas y chimeneas conllevan una disminución del rendimiento, una pérdida de eficiencia energética y un desgaste acelerado. Además, es importante tener en cuenta que las maderas resinosas como el pino, producen mucho humo y hollín afectando negativamente al mantenimiento del cristal limpio. Por otra parte, como le indicamos en nuestros artículos “¿Cómo encender la chimenea?” y “Trucos para encender el fuego en la chimenea de leña rápidamente” , no utilice líquidos inflamables para encender y no utilice la chimenea como un incinerador para quemar plásticos, residuos, basura o desperdicios. Estas malas prácticas podrían afectar muy negativamente al rendimiento de su chimenea o estufa.

QUÉ NO DEBE HACER

• No poner a secar troncos sin cortar con las medidas recomendadas. Cuanto más gruesos más cuesta evaporar la humedad.
• No poner leña verde directamente en tierra o contra una pared de la casa. Atrae insectos y genera moho. En caso de tener una pared cerca, se recomienda dejar un espacio de separación para dejar correr el aire.
• No taparla con un plástico. Hay que dejar salir la humedad por encima y por los lados.
• No hay ningún motivo para dejar secar la leña más tiempo del necesario. A partir de cierto tiempo la leña empieza a perder poder calorífico debido a que se volatilizan parte de sus componentes inflamables.
• No acumular leña No tiene demasiado sentido conservarla puesto que no dará demasiado calor a la hora de quemar-la y atraerá insectos.
• No quemar leña La leña verde provocará la acumulación de creosota en el interior de la estufa aumentando el riesgo de un incendio de la chimenea y reduciendo la calidad del aire de su casa.

Desde Su DESHOLLINADOR, queremos ayudarle a sacar el máximo rendimiento posible a su chimenea o estufa. El uso de leña seca y con el tamaño óptimo le ayudará a conservar su chimenea y disfrutar del cálido fuego de la misma por más tiempo.

A modo de conclusión, un buen almacenamiento de la leña permite acelerar el proceso de secado contribuyendo positivamente en el aporte calorífico de su chimenea o estufa, a la calefacción del hogar.

¡¡¡HASTA PRONTO EN SU DESHOLLINADOR!!!